domingo, 24 de marzo de 2013

Señora de nadie

La reciente biografía de Amalia Lacroze de Fortabat, escrita por las periodistas Marina Abiuso y Soledad Vallejos, propone un juego claroscuros para recorrer el camino de una mujer casi frágil que se convirtió en la empresaria argentina más poderosa.

Escribir una biografía es siempre complejo. Pero aún más complejo es tratar de encarar y finalmente concluir la biografía de una de las mujeres más poderosas de la Argentina. Pero Soledad Vallejos y Marina Abiuso, autoras de "Amalita", salen airosas de tremendo trabajo y logran un libro atrapante, dinámico, detallista y lo mejor de todo: nada aburrido. Aunque es preciso reconocer que mucho tiene que ver la elección de un personaje como el de Amalia Lacroze de Fortabat, cuyos claroscuros componen el cuadro de situación de una época. Su historia es también la historia de un país que crece y se desarrolla.

Considerada la mejor alumna de su esposo, Alfredo Fortabat, Amalita logró convertirse en una poderosa mujer de negocios, directamente vinculada al mundo del arte aunque sin dejar de lado su costado filantrópico. Una mujer fuerte, si bien de apariencia frágil, en un mundo de hombres que no dudaba en ejercer su poder con mano dura, sobre todo cuando se la contradecía, para construir una de las fortunas más importantes del país.

El gran acierto de los autoras pasa por la intención de narrar episodios de su vida pero sin colocar sobre ellos una lupa moral o ideológica. Más bien se dedican a ser meros narradoras de una vida que, como cualquier otra, tiene situaciones de poder, dolor, amor, engaños, lealtades y desconfianzas.

Como su actuación durante la Guerra de Malvinas y su apoyo constante a los ex combatientes, su trabajo al frente de la Fundación Fortabat y las miles de personas que hoy la recuerdan por su solidaridad. Hay en otros casos situaciones que muestran su costado más empresarial y polémico. Como su cercanía con el menemismo y la condena por cartelización del precio del cemento.

Otro de los puntos más importantes está vinculado con la investigación, que les llevó a las autoras cerca de un año, y la manera de contar. Un estilo que se mueve perfectamente entre lo periodístico y lo literario, un lenguaje sencillo y placentero de leer.

Amalita es, en las primeras páginas, sólo una mujer frágil que poco a poco comienza tomar forma detrás de Alfredo Fortabat y para cuando enviuda, ya se ha convertido en la dueña de un imperio que gobernaba con rudeza y amor al mismo tiempo.

Desde la casa materna en Rodríguez Peña y Marcelo T. de Alvear hasta la coqueta residencia en avenida Del Libertador, Amalia Lacroze de Fortabat siguió sólo su deseo y nunca deseó otra cosa que ser ella misma.

Contradictoria y multifacética, Amalita "se inventó, se reinventó, se transformó; modeló una época y encarnó a una clase social que mutaba para sobrevivir y murió con ella". Su biografía, publicada por la editorial Sudamericana, llega para poner un poco de luz sobre una mujer que se convirtió en leyenda, aunque sin dejar de ser una persona que sólo siguió sus deseos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario