lunes, 30 de julio de 2012

La armonía del destino

Stephen King regresa a las librerías con "22/11/63" y una vez más vuelve a sorprender con una novela sobre un hombre que debe viajar al pasado para cumplir una misión: matar al asesino de John F. Kennedy.

"La vida cambia en un instante" reflexiona Jake Epping, profesor de escuela secundario, recientemente divorciado de una esposa alcohólica y con un futuro de días aburridos en la soledad de su casa luego de una jornada en el Instituto Lisbon. Pero su vida da un vuelco cuando recibe un llamado de Al, el dueño del Al's Dinner, el restaurante donde cada día disfruta de la carne más sabrosa y barata de la zona.

Al, con un cáncer en estado terminal, le confía que puede viajar al pasado por "agujero de conejo", una especie de pasadizo hacia un día de 1958 que se encuentra en el depósito. En un primer momento, Jake no entiende por qué se lo cuenta, pero poco a poco Al comenzará a soltarle que es el indicado para cumplir con una misión que él ya no tiene tiempo de llevar a cabo: matar a Lee Harvey Oswald, el asesino de John F. Kennedy.

Aunque antes lo pone sobre aviso y le asegura que "la resistencia al cambio es directamente proporcional a la magnitud con la que una determinada acción altera el futuro". En un primer momento Jake no entiende si hay reglas o qué pasaría si hace algo que provoque que no nazca. Pero Al le propone cruzar el portal hacia 1958 y cambiar algo para ver las repercusiones en el futuro.

Así es como el divorciado profesor de secundaria recuerda el caso de Harry Dunning y baja los escalones hacia el pasado. Una vez que regresa y constata los cambios decide volver para completar la misión de Al.

El "célebre marxista y maltratador" de Oswald deberá antes atentar contra la vida del general Walker, y una vez que Jake haya constatado que trabajó en soledad, habrá que deshacerse de él antes de que mate al presidente Kennedy en Dallas, y volver al futuro sin un rasguño. Pero Jake sabe que "el pasado no quiere ser cambiado. El pasado es obstinado". Con lo único que no cuenta es con la irrupción del amor. Pero el amor es así y no pide permiso para convencerte que está frente a ti.

Con la escritura de "22/11/63" rompe con todos los géneros y regresa con una historia dinámica, interesante y minuciosa. Un relato que vale cada una de las casi 900 páginas que tiene y, como siempre, le exige al lector un ritmo igual a su escritura.

Pero hay que decir que King no sólo escribe la historia de un hombre que debe decidir si modificar la historia o ser parte de ella, sino que además narra la historia de los Estados Unidos de antaño. Allí donde la gente confiaba en la palabra, los amigos eran leales y cada rostro era un hombre en sí mismo. Un hombre que lleva su cabeza en alto y que sabe que "cuando te pones un traje de payaso y una nariz de goma, nadie tiene ni idea de quién se esconde debajo".

Y si en un primer momento el lector puede llegar a tener dudas sobre la originalidad de la historia, todas las preguntas van teniendo respuesta y las dudas se van disipando tras la música de Glenn Miller y los pasos de baile de Jake Epping.

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