lunes, 25 de junio de 2012

Anotaciones de un lector exigente

Roberto Bazlen demuestra como nadie que la lectura no es un acto abúlico sino más bien todo lo contrario. Crítico riguroso y sagaz, con sus “Informes de lectura”(La Bestia Equilátera 2012) aporta una mirada distinta sobre el rol de un hombre que convirtió su pasión en oficio.

El trabajo del escritor es arduo, solitario, a veces hasta incomprendido. Son puntos que lo relacionan directamente con el trabajo del lector. Porque es así; el lector también debe trabajar para poder hacerse de la trama, los personajes, el ritmo y la cadencia del libro que está leyendo. Por eso que para disfrutar de un libro debe haber dos personas interesadas en ello.

"Tal vez sea perfecta como 'máquina', pero es de un tedio indecible", escribe Roberto Bazlen en uno de sus "informes" acerca de la novela Von Doderer "Los Demonios", y uno ya tiene conciencia de saber que se está ante un lector riguroso y sagaz, que no se dejará llevar por la pompa ni por las recomendaciones ni por la importancia del nombre en la portada.

Bazlen, que hizo de su pasión un oficio, reseñaba libros para editoriales que luego de su consejo decidían si editan o no a tal o cual escritor. Quizás por eso también la dureza de sus pareceres cuando alguna lectura no lo satisface, sabe que tiene una responsabilidad no sólo con la editorial, sino también con otros lectores.

Nada escapa de la impronta, entre irónica y simpática, de Bazlen quien no duda en decir que el clásico de Lampedusa, El Gatopardo, "es el libro de un provinciano culto, con verdadera cultura (muy anticuada) en la sangre, responsable y lo que mucho importa en Italia: es rico". O asegurar que "La galaxia Gutemberg", del filósofo Marshall McLuhan, "es el libro de un pequeño maníaco obsesionado por la causalidad". Y hasta Thomas Khun, y la posibilidad de publicar su ensayo "La estructura de la revoluciones científicas", cae bajo sus sospechas de ser un arrogante filósofo norteamericano que ronda por los campus de las universidades y escribe para sus colegas.

Sólo en un momento del libro parece dudar. Es cuando acaba de concluir la lectura de "El vino del estío", del recientemente fallecido Ray Bradbury. Bazlen no deja de marcar que el norteamericano usa todos los condimentos necesarios para que sea "un librito hermosísimo", pero intuye que el autor se ha visto limitado a la hora de escribirlo por "ciertas convenciones literarias, ciertos standards norteamericanos, determinados límites comerciales y eso se percibe". Aunque no niega su lugar de "escritor más importante de la ciencia ficción"

Escrito desde un profundo conocimiento sobre el arte de escribir, su "Informes de lectura" aporta, además de las apreciaciones sobre autores y textos, su profunda convicción sobre la importancia de los libros y del lugar que éstos representan en la vida de los lectores.

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