lunes, 4 de junio de 2012

La revolución es un sueño eterno

Bajo la triste cara de los desclasados se oculta el rostro de cuatro conspiradores que buscan vencer en una lucha ideológica contra un enemigo que parece no tener nada que perder. "Canción de la desconfianza", la primera novela de Damián Selci, es un relato inteligente, reflexivo y de tradición marechaliana.

Pocas veces una novela es tan intensa, filosóficamente hablando, y mucho menor es el número de autores que logran sostener toda esa intensidad del inicio hasta el final. Con su primera novela, publicada por la editorial Eterna Cadencia, Damián Selci consigue lo uno y lo otro. En su escritura se pueden avizorar las influencias de Leopoldo Marechal, el descontento de una generación que creció durante los años '90 y la poesía que encuentra en los márgenes la belleza. Aunque parezca raro, lo anterior no termina de definir un relato que remite a lo mejor de la literatura nacional. A veces pasa, un joven escritor aparece con su primera novela bajo el brazo y cambia el paradigma literario.

Liniers es el escenario principal de "Canción de la desconfianza" donde todo lo real puede volverse irreal mientras la cerveza se calienta en un bar poblado de colectiveros que ya de madrugada terminan el turno. Styrax piensa cómo secuestrar, ¿ésa sería la palabra justa?, a un Esclarecido y reeducarlo ideológicamente. No está solo en la faena. En una guerra lo más importante son los aliados y Styrax encuentra en Labiosuelto, Susana y el Dentista Histórico perfectos adláteres para conformar una guerrilla psicológica: los Empecinados. El grupo de Choque, como los define el mismo Styrax, le debe su nombre a Juan Martín Diez, el patriota español que luchó una guerra de guerrillas para expulsar a Napoleón y devolverle el trono a Fernando Vll.

"Sigue andando, cada vez con menos claridad y más decisión, como corresponde a todo Empecinado". Mientras las calles se llenan de gente y de vendedores ambulantes, Styrax reflexiona, analiza psicológicamente a los Esclarecidos para desentrañar qué los hace distintos y suma datos que le servirán de justificación para una tarea que considera una cruzada: reconversión ideológica de un hijo de Esclarecidos.

El grupo aún no ha decidido cómo llevar a cabo el operativo pero Styrax tiene un posible candidato al "lavado de cerebro": un alumno de sus clases de bajo. Así comenzará un camino que los llevará desde las calles de Liniers hasta la costa bonaerense. Selci escribe profunda y poéticamente, y como el gran Leopoldo Marechal convierte lo burdo en bello: "La mugre paciente espera las tormentas para ir a navegar por los canales que se forman en las fallas de la calle; el aliento a podrido de las cunetas disminuye en los días empapados porque la basura también se baña cada cierta cantidad de tiempo".

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