miércoles, 25 de enero de 2012

Aventuras y desventuras de
una artista del Siglo XX

Muriel Spark es una de esas escritoras a las que es difícil olvidar luego de leer algunas de sus novelas. Con "La Intromisión" consigue un relato inteligente y entretenido, con momentos autorreferenciales y situaciones que producen carcajadas, aunque siempre está presente la nostalgia.
Después de leer "La Intromisión", no puedo dejar de pensar en Muriel Spark como una autora de culto. Una mujer que hizo de su vida una obra literaria, que no se rindió ante las situaciones problemáticas que tiene la vida y que incluso ello fue como el combustible necesario para que su maquinaria literaria produjese material de ficción de sobra. Porque "La Intromisión" además de ser una ficción tiene continuas referencias a la vida de su autora, que casi sin un centavo y viviendo de la ayuda de amigos consiguió convertirse en escritora.

"¡Qué sensación maravillosa ser una artista y una mujer del siglo XX!" dice Fleur Talbot, la protagonista de "La intromisión", luego de las situaciones que se le presentan en su vida diaria. La heroína de Muriel Spark vive en casi la miseria hasta que consigue un trabajo como secretaria de Sir Quentin, un hombre de clase alta, esnob, pretencioso y soberbio, con aires de líder espiritual de un grupo de hombres y mujeres con ascenso social. Fleur necesita tiempo, además de dinero, para terminar lo que será su primera novela: "Warrender Chase", que absorbe todas sus noches en su paupérrimo cuarto alquilado. Ni siquiera siente pena por el alejamiento de su amante, el crítico literario y escritor Leslie, aunque la esposa de éste, Dottie, le pregunte de manera insistente si sabe dónde duerme su esposo.

En su primer día en la casa de Sir Quentin conoce a la Sra. Beryl Tims, ama de llaves y mandamás de la casa, y a Lady Edwina, la anciana madre del dueño de casa que nada tiene de senil. Su trabajo consistirá en ir reescribiendo las biografías que los miembros de Asociación Autobiográfica producen para que Sir Quentin las guarde durante varios años antes de ser publicadas. Fleur pronto descubre dos cosas: la primera es que detrás de todo ello hay un plan maquiavélico para que Sir Quentin se instituya como un Mesías; y por lado descubre que parte de los personajes de su novela están allí, entre los asistentes a la casa de Hallam Street.

Esos primeros descubrimientos la hacen temer por el desarrollo de "Warrender Chase", "la intromisión" de la realidad en la ficción, aunque también sabe que necesita el dinero para vivir.

¿Cómo se desenvuelve Fleur Talbot entre ambos mundos, su novela y su cuarto y Hallam Street y la asociación de excéntricos? Como un Quijote moderno, mientras repite como un mantra la frase que da inicio a la nota. Pero no está sola y cual Sanchos Panza la acompañan su amigo Solly y Lady Edwina que conoce la intenciones non sanctas de su primogénito. Aunque Sir Quentin también tiene sus soldados: la soberbia Beryl Tims y la neurótica Dottie, ambas buscaran destruir lo que "Warrender Chase" representa para ellas.

"La Intromisión" es un excelente relato que reúne los condimentos necesarios para el lector salga completamente nuevo luego de la lectura. Una trama que presenta situaciones y personajes desopilantes, aunque no deja de tener la nostalgia necesaria que tiene el recuerdo, y que además muestra un paisaje sobre la Inglaterra de finales de la Segunda Guerra y el rol de los artistas y la mujer en general.

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