miércoles, 25 de enero de 2012

Los 80 años de un "joven novelista"

Erudito, filosófico, reflexivo y dueño de una auténtica maestría para narrar, el escritor y catedrático italiano Umberto Eco cumplió el pasado 5 de enero 80 años.
No hay más que leer sus libros para saber que Umberto Eco con sus recientes 80 años a cuestas no ha envejecido nada. Lo cierto es que el autor piamontés, nacido el 5 de enero de 1932, es una suerte de faro para varias generaciones de escritores, inclusive un grupo de artistas que se esconden bajo el seudónimo colectivo de Luther Blissett o Wu Ming comparten parte de sus pensamientos y hasta en algún momento se creyó que el propio Eco era el padre del proyecto.

Adorador de la buena mesa y amante de los libros, Eco escribe con una pasión tal que logra trasmitírsela al lector. Erudito, filosófico, minucioso y meticuloso, sus tramas son pequeños compendios de saberes que van formando una narración apasionante. Sus personajes intentan siempre desmadejar la incógnita de la vida, el qué fue, el qué será y el qué seré, y cada uno de ellos comprenden que al fin y al cabo es imposible saber, si uno no se conoce a sí mismo.

Amante de Borges, los comics y la cultura popular, comenzó a publicar algunos de sus textos siendo un hombre ya maduro, y recién con la salida de "El nombre de la rosa", novela ambientada en la Edad Media con tintes de varios géneros como el policial, la novela filosófica o la histórica, es que se convertía en un escritor exitoso.

En 1988 edita "El péndulo de Foucault", donde la trama corre por los caminos de los juegos y el esoterismo; "La isla del día antes" en 1994 y "Baudolino" donde el autor da rienda suelta a su amor por la cocina y la buena bebida, que más que una novela semeja a un tratado de un sibarita. En el 2004 edita "La misteriosa llama de la reina Loana" donde cuenta la historia de Yambo, un librero que luego de sufrir un accidente cardiovascular no puede recordar su propia historia por lo cual se embarca en una dolorosa búsqueda de su pasado. Antes, después y durante sus novelas no dejó de escribir ensayos cuyos temas van desde la belleza, las creencias o la moralidad.

En su última novela, "El cementerio de Praga", su protagonista es el capitán Simonini, que no puede recordar quién es. Para ir descubriendo dónde está el trauma que no le permite recordar comienza a escribir un diario. Dos son las preguntas que debe hacerse para develar aspectos de sí mismo. Esa dualidad define al personaje de Eco, ya que es también Otro: el abate Dalla Piccolla. El hace lo mejor que sabe hacer: engañar, falsificar, trabajar para el mejor postor y odiar. Mucho. Tanto que la novela es el desarrollo de su odio. Simonini odia y el odio se convierte en su vida, en una manera de vivir.

En los últimos meses la editorial Mondadori publicó "Nadie acabará con los libros", donde Eco reflexiona sobre la escritura y los libros junto a Jean Claude Carriére. Allí asegura que "el libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez que se han inventado no puede hacer nada mejor".

Umberto Eco cumplió 80 años y está más joven que nunca. O, como escribe en su último libro "Confesiones de un joven novelista" donde reflexiona sobre el arte de escribir, "soy un novelista aficionado".

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