domingo, 30 de diciembre de 2012

Sombras bajo la nieve

Debolsillo acaba de publicar "Nieve", una de las novelas más intensas de Orhan Pamuk. El ganador del premio Nobel de Literatura compone un relato acerca de la política y la religión, sin dejar de lado la crítica social.

En su excelente libro "El novelista ingenuo y el sentimental", en el cual reúne el material que usó en las seis conferencias que dio en la Universidad de Harvard, Orhan Pamuk escribe que "el verdadero placer de leer una novela empieza con la capacidad de ver el mundo, no desde el exterior sino a través de los ojos de los protagonistas que viven en ese mundo".

Una declaración que permite avizorar el pensamiento acerca de la literatura del ganador del premio Nobel en 2006. La nueva edición de "Nieve", publicada originalmente en 2001, llega a las librerías para que los lectores se pueden encontrar con el escritor que se estaba acercando al máximo galardón del mundo de las letras.

Después de varios años viviendo en Alemania el poeta Ka regresa a su tierra, luego de que un diario importante le encargara la investigación de los suicidios de varias jóvenes que pueden estar originados en motivos religiosos. Lo cierto es que Turquía ahora es un país distinto del que era cuando debió irse por causas políticas. Sin embargo, le sigue causando las mismas sensaciones.

Esa mezcla de asco y nostalgia la siente apenas pisa Estambul. Quizás porque aunque ha logrado hacerse de un nombre entre los intelectuales en el extranjero, no ha dejado de ser aquel joven que abandonó el país con miedo de morir a manos del gobierno de turno.

Luego de un extenso viaje en micro desde Estambul, Ka finalmente llega a la ciudad de Kars. Que no sólo es el escenario de los suicidios de las jóvenes turcas sino que también en sus calles ha pasado su días de infancia. Ya no es como Ka la recuerda; ahora está politizada y la religión es la nueva arma de los políticos para tener el control.

Aun así su nostalgia no lo deja despegarse de los recuerdos. Pero bastará un encuentro con Ipek para que su estructura tiemble bajo su belleza. "Ka tenía un pánico mortal a enamorarse, con el poderoso instinto de quienes recuerdan su limitada vida sentimental como una serie de sufrimientos y vergüenzas".

Pamuk es un escritor obsesivo por la trama y el relato y en muchos capítulos puede pecar de meticuloso hasta el hartazgo. Lo cierto es que esa predilección por darles voz a los personajes que se encuentran como fuera de cuadro, o sea que la acción transcurre a otro nivel, es una marca de su estilo.

Un manera de llevar el relato que va reuniendo voces para finalmente cerrar un círculo. Si bien hay que reconocer que Pamuk no es un autor de lectura fácil, lo cierto es que su forma de escribir le propone al lector un trabajo intenso y una lectura profunda para encontrarse frente a frente con la verdad.

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