martes, 27 de septiembre de 2011

La tristeza del hombre solo

"Chronic City", de Jonathan Lethem, es una extensa novela que le debe mucho a: en primer lugar, un escenario como la ciudad de New York; en segundo lugar, a la tradición de los grandes escritores norteamericanos como Cheever, Mailer o Salinger. Pero -además- presenta una trama compleja en el sentido de su construcción y entretenida en el sentido de sus personajes.

Un viejo dicho asegura que "muerto el perro se acabó la rabia", pero luego de leer la nueva novela de Jonathan Lethem, que ya ha publicado "Paisaje con muchacha", "Cuando Alice se subió a la mesa", "La fortaleza de la soledad" y "Todavía no me quieres", uno tiene la rara y excitante sensación de encontrarse frente a "perros que no han dejado de ladrar".

Me refiero a gente de la catadura literaria de monstruos de las letras como Norman Mailer, John Cheever o J. D. Salinger, que viven y "ladran" en las páginas de "Chronic City". ¿Por qué la comparación con estos autores?. Porque creo que Lethem tiene todas las condiciones para convertirse en uno de los referentes ineludibles a la hora de hablar de Letras Norteamericanas.

"Chronic City" está ambientada en la célebre isla de New York, aunque claro está que es una New York de ficción a la medida de la trama creada por el autor, donde un tigre suelto hace de las suyas destruyendo todo lo que encuentra a su paso. El felino tiene un tamaño distinto según quien lo haya visto y así, algunas veces, destruye edificios enteros o arranca las vías del subterráneo y suspende el servicio.

También New York es la ciudad de Chase Insteadman, un apellido con un tufillo a humor negro, antiguo actor infantil que ahora vive de la repetición de sus programas y de la fama que tuvo. Aunque ya no actúa profesionalmente, realiza para el gran público el papel de novio compungido que espera a su amada Janice, la valerosa astronauta atrapada en un estación espacial rusa.

Un papel a la medida de un hombre que, confuso, se debate en un mundo poblado de respetables y caprichosos millonarios, que no sabe bien si es el suyo. Vaga entre las calles de una ciudad que solamente le devuelve su propio reflejo: una solitaria vida suspendida en el tiempo.

Pero la novela inicia con su encuentro con Perkus Tooth, un inconformista crítico de cine y rock obsesionado con Marlon Brando y los Muppets. Con él, Chase podrá entrever que New York esconde varios secretos y una realidad que cada vez se le hace más pesada. Y con su duda sobre el amor que le profesa a Janice, lejos en el espacio y sin posibilidades de volver, conocerá a Oona Lazlo, una mujer que lo pondrá al límite.

Hay una búsqueda en todos los personajes que componen la trama de "Chronic City" que podrían haber poblado las páginas de los autores, que al comenzar la nota recordaba. Chase y Perkus, como personajes salingerianos, o la atmósfera cheeveriana de las cenas en lugares donde el dinero corre como el agua. Aunque Chase prefiera las noches de marihuana, música y charlas con Perkus, Richard y Oona.

Lo cierto es que todo será para él una búsqueda constante y, tal vez, si me permiten la comparación, es porque Chase es una especie de Holden Caulfield que ha crecido y ha vuelto a perder el rumbo.

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